Basta con ver el estado general de todo lo público en la parroquia y para muestra un botón, el de la fotografía de esta papelera -"la nueva"- que con mañas propias de trileros, ha sustituido a la anterior, una papelera hecha polvo se remplaza por otra hecha un desastre. Está claro que ese deterioro "de la nueva" no es reciente, ni de un mes, ni de varios meses, si no el de una papelera que estaba instalada en otro sitio y vino a parar a Altamira.
Esto es consecuencia de la permanente dejación de funciones del responsable de los servicios de mantenimiento de Unión por Cambre, dejación que, además, ofende.
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